Gaudeamus Café, terracear en altura
¡Gaudeamus igitur! Cuando cae la tarde y ya no se buscan sombras benignas que alivien esa sensación de infinito desierto que empaña la razón a cuarenta grados. Cuando Madrid no arde sino en las pupilas de todos los que salimos a las calles en busca de refresco. Justo ahí, cuando ya nada parece importar demasiado, cuando el ocaso hace que olvidemos el día para centrarnos justo en ese instante mágico en el que la tarde se retira y asistimos al milagro… Es momento de intentar tocarlo. De acariciar el cielo de Madrid en esa hora bendita en la que las leyes inmutables del sol y su justicia dejan paso a nuestro lado más canalla.
De intentarlo por lo menos, que de intentos se hace el camino, y si es posible, cuanto más arriba subamos para tratar de lograrlo, mejor. Y es que siempre se ha dicho que uno de los deportes favoritos de los madrileños es terracear. De hecho, podría ser verdad que hubieran inventado el término.
Esta semana quiero hablaros de Gau&Café, antes conocido como Gaudeamus Café uno de los rooftop tan de moda desde hace unos años en la capital. No descubro nada, lo sé; solo os la recuerdo porque para mi es uno de los sitios fetiche a los que acudir de tanto en tanto; no sólo por su terraza, que mola como tantas otras, sino por el edificio que lo alberga, una de esas joyas de la arquitectura madrileña, y por la cantidad de sensaciones que me provoca el tomarme un té, un mojito o degustar una sabrosa cena, en la cuarta planta de la preciosa Iglesia de las Escuelas Pías que data del siglo XVII. Un edificio que fue incendiado el segundo día de la Guerra Civil, quedando en pie únicamente unas ruinas y el tambor de la cúpula, hasta que después de años de ensayo y error sirviendo en la dictadura como sala de fiestas o cine, fue reconvertida en 2001 en biblioteca, centro asociado de la UNED y en fantástico enclave para ver ponerse el sol tras las ruinas de su antigua cúpula y las antenas que habitan el cielo del castizo Lavapiés.
Consiguen en su terraza una atmósfera cálida, acogedora y relajante a base de lámparas de resina, y de bidones reciclados con iluminación interior, y otro de sus encantos más llamativos es su agenda cultural, que incluye tertulias poéticas y literarias, mesas redondas , actuaciones de magia, conciertos de blues y algún cortometraje.
El pequeño inconveniente es que hay que reservar. Hay dos turnos para cenar, a las 20:00 y a las 22:15, pero merece la pena para probar su cocina: sus berenjenas y calabacines en tempura con miel de romero.
Así que ya lo sabes, si quieres asistir a ese escenario mágico que imprimen los entramados de corralas, de ropa tendida al sol, de tejas naranjas, de balcones floreados y vida de barrio, este es tu sitio. Pero no dejes de subir al cielo por sus escaleras para asistir a la impresionante lección de historia que narran sus antiguos muros y biblioteca.
¿Gaudeamus café?, ¡Gaudeamus Igitur*!
Tribulete, 14 (4ª planta. Edificio Escuelas Pías. UNED).
Horario: Lunes a viernes de 15.30 h. a 24 h. Sábados de 20 h. a 0 mad. Domingos cerrado.
El «Gaudeamus igitur» («Alegrémonos pues») es el himno universitario por excelencia. Se trata de una canción estudiantil de autor anónimo.
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